Empieza el curso para él, para los niños ¿Para mí? Para mí hace 9 años ya que el curso no empieza, ni acaba. Algunos se limitan a decir subliminalmente que «no trabajo» o que si no soy «madre trabajadora», en consecuencia debo ser «madre no-trabajadora». Sólo pensarlo me entra la risa, debe ser que vivo en unas vacaciones perpetuas: sin jefe, sin horarios… Sí, sin altas ni bajas, sin subidas ni bajadas, el estado «ideal». En esa especie de limbo social todavía quedamos algunas madres que hemos decidido y elegido libremente dedicarnos 24 horas a nuestros hijos, lo que nos ha supuesto renunciar a corto o a largo plazo a tener un trabajo fuera de casa, a mejorar el curriculum, a ganar algo más de dinero, a tener ratos para estar mentalmente «sola».
Vestida de fuerza y dignidad
Vaya por delante que este título, en la forma y el fondo, no es mío. No, señoras. Este título tan impresionante nos lo ha otorgado el de Arriba. El Gran Jefe, vaya. Así es como quiere vernos, porque este es todo el potencial que ve en nosotras: mujeres fuertes y llenas de dignidad, tal y como está escrito en el versículo 25 del capítulo 31 del libro de los Proverbios.
Pero, como siempre, vamos por partes. Comencemos por el principio. A nadie se le escapa mi interés por todo lo espiritual, y sobre todo por su conexión con lo terrenal. Y de aquí surgió mi interés hace ya casi tres años por los Bible Studies (estudios de la Biblia) que en América por cierto tienen mucho tirón entre los evangélicos. Se trata de libros que analizan al detalle un cierto libro (o capítulo de un libro, como es el caso) de la Biblia. Y lo analizan diariamente durante un periodo de tiempo, normalmente cinco o seis semanas. Analizan cada versículo, lo contextualizan y lo interpretan. Las Escrituras son tan ricas que nunca se acaba de interpretarlas y de conocerlas. Cada día iluminan de forma diferente según el contexto y la situación. En resumen, estos estudios pueden ser guiados o bien se los puede hacer uno por su cuenta, cuando ya tiene más años de experiencia en el escrutinio de la Palabra. Pues bien, yo hace casi tres años empecé a realizar algunos de estos estudios guiados en mis noches libres, cuando iba pudiendo. Y me gustaron tanto que a día de hoy tengo una biblioteca de Bible Studies que esperan pacientemente su turno en la cola. Requieren tiempo y dedicación, y como madre de familia numerosa, de eso tengo poco. Pero en cuanto puedo y mi cerebro lo permite, me lanzo a ellos. Me encantan y me ayudan muchísimo. El primero que hice fue precisamente de este capítulo de los Proverbios, el 31, que hace una detalladísima descripción de «la mujer completa», esa mujer que es más valiosa que las perlas y en la que confía el corazón de su marido. A lo largo de 21 versículos hace un espectacular elenco de virtudes y capacidades, que por cierto en el alfabeto hebreo van de la A a la Z, a modo de poema, como para querer demostrar su totalidad, su posibilidad de ser completa en todos los sentidos. Este estudio me abrió los ojos al interesantísimo mundo de los Bible Studies y sobre todo (en lo que concierne a este artículo de MTQS) a este capítulo de los Proverbios que cambió mi vida.
El arte del bien vivir
Me pasa muchas veces que tengo más el título en la cabeza y una idea general que un auténtico desarrollo del texto. Mi corazón sabe antes que yo qué quiere decir. Mi cerebro llega después. ¿A alguien más le pasa lo mismo? Espero que sí…
Venía esto a colación de lo siguiente (aunque siendo completamente honestos cualquier historia podría valer, ésta no es la única ni la mejor): el 4 de junio esperaba la renovación de mi contrato, pero no podrá ser porque mi barriga de ocho meses es, lógicamente, un problema. Y las esperanzas para el «después» son muy relativas.
No quiero reivindicar nada. No me sale de dentro.