El mejor verano de nuestras vidas

Los domingos por la mañana solía haber churros en casa. Cuando éramos pequeños, iba mi padre a comprarlos muy temprano. Con el tiempo, nos iba tocando a los niños ir a esa pequeñísima tienda que había en el barrio, donde sólo cabía esa gran máquina para fabricar los churros, un mostrador grasiento y tres clientes apiñados para no ser vomitados hacia la calle. Las colas daban a veces la vuelta a la esquina; mientras que el olor a churro inundaba los alrededores. Todavía puedo sentir el calor asfixiante que desprendía aquel local diminuto, y que ahora incluso añoro.

Leer más

Católicos en redes sociales: de lo digital a la carne

Católicos en redes sociales

Confieso que siempre me ha cuestionado mucho eso de la evangelización en redes sociales. Que una persona se encuentre con Jesucristo a través de una cuenta de Instagram me ha parecido, en el mejor de los casos, una bonita quimera. Por un lado, porque las redes sociales se encargan de “llevarnos” hacia perfiles afines a los nuestros y crean como una burbuja en la que nos sentimos cómodos. Y, por otro, porque el contacto humano, personal y, digamos, carnal es clave para un encuentro real con Cristo.

Leer más

Y con esto y un bizcocho…

Bizcocho delicioso

Bueno, había que volver al blog. Perdonadnos, pero aquí las plurimadres de Mujeres teníamos que ser hemos estado muy ocupadas. La vida, como bien sabemos aquí todas, no da para más. Pero siempre -y digo siempre- hemos querido mantener este proyecto vivo y vamos a seguir intentándolo. Hoy empezamos con una receta para un bizcocho que, verdad de la buena, requiere cero esfuerzo y el resultado es ma-ra-vi-llo-so.

Leer más

Morir como perros

morir como perros

Leí el otro día un artículo conmovedor en el que un veterinario relataba cómo los perros buscan desesperadamente la mirada de los amos cuando les administran la inyección letal que los «duerme» (que los mata, entiéndase) y lo importante que es la presencia de su «familia» mientras les llega la muerte. “Los últimos momentos del animal suelen ser frenéticos y miran a su alrededor para buscar a sus dueños. Perciben cuándo toman la decisión de terminar con su sufrimiento, se sienten vulnerables y, en consecuencia, lo mejor es que siempre estén al lado de ellos para tranquilizarlos, además de darles el último adiós”, relataba este veterinario “cansado y con el corazón roto”, que apostillaba: “¡Las personas son el centro de su mundo durante toda su vida! Sin embargo, el 90% de los propietarios no quieren estar en la habitación cuando se les administra la inyección letal”. Según el profesional, los animales “buscan en cada rostro a la persona amada. No entienden por qué los dejas cuando están enfermos, asustados, viejos o muriendo de cáncer y necesitan tu cariño…”.

Tenemos en casa una frenchie y una mastina (algún día os contaré la historia de Vilma y Betty) que llenan nuestros días de esa luz que solo un peludo puede dar, y conforme iba leyendo el artículo me asaltaban infinidad de sensaciones y pensamientos. Desde la pena infinita y el vértigo ante la realidad de que algún día nos dirán adiós, hasta la rabia y la indignación contenida por ver cómo somos capaces de empatizar con las causas más nobles, animalismos y ecologías, mientras nosotros nos deshumanizamos (¿o debería decir nos desanimalizamos?) muriendo entre cables, en la aséptica sala de un hospital, más solos que la una, cuando no pidiendo la hora de pura depresión.

Leer más

Ruido

Ruido traspasa las ventanas cerradas del salón. Como si fueran de papel, el ensordecedor sonido de las grúas construyendo el último bloque de pisos de lujo se cuela hasta la más lejana habitación. El tráfico incesante de coches, el traqueteo de los trenes, la sirena de la ambulancia, el camión de la basura a las doce de la noche, el murmullo de los viandantes, los juicios al oído y los insultos a voz en grito. Ruido.

Leer más

Las bicicletas son para el pueblo

las bicicletas son para el pueblo

El pueblo tiene sus reglas no escritas. Esas que se repiten año tras año, verano tras verano, y que nos encienden la memoria de infancias pasadas, inocencia olvidada y noches bajo la luz de un manto estrellado.

El pueblo es ese lugar impertérrito decorado con grafitis de los quintos de hace dos décadas, donde conviven los nuevos chalets con corrales abandonados, y donde los coches se apelmazan por las estrechas callejas en los frecuentados fines de semana de los meses estivales.

Leer más

Una nueva vida, o un decálogo de motivos para irme de Instagram

Decálogo de motivos para irte de Instagram

Se avecina tormenta. Imagino que con un título así muchos querrán contar su propia experiencia. Adelante: pasad y opinad, que de eso se trata, pero sin atacar a nadie. Este post es simplemente mi experiencia y mi opinión con la aplicación de Instagram. No pretendo sentar cátedra y tampoco creo que en este tema haya verdades universales, solamente opiniones personales. Me encantará leer vuestras experiencias en este peliagudo asunto.

Todo empezó cuando caí en la cuenta de que llevo tiempo leyendo menos. No me malinterpretéis: leo mucho, pero últimamente menos de lo normal. Así que empecé a analizar mis propios hábitos y enseguida supe cual era la razón. Ay amigos, era Instagram. De repente caí en la cuenta de los minutos que me robaba aquí y allá a lo largo de la jornada. Porque, ¿sabéis? Seguía a 1.300 personas, y eso es mucho decir. Mucho tiempo que dedicarle, porque por mucho scroll que hiciera nunca acababa de ver todo. Nunca. Levantaba la vista y habían pasado quince minutos. «Un minutito más y ya acabo», me decía a mí misma. Levantaba la vista y habían pasado otros quince.

Y en realidad, bien pensado, no empezó con el tema de la lectura. Quizá con la lectura la cuestión se puso ya encima de la mesa. Pero, meditándolo bien, en realidad el tema lleva mucho más tiempo en la trastienda de mis pensamientos, teniendo en cuenta los quebraderos de cabeza que me ha provocado la cuestión de la privacidad. Qué compartir, cuánto compartir, con qué criterios, con qué límites, pero sobre todo… ¿Por qué?

Leer más

¿Qué libertad?

libertad big data

No descubro nada si les digo que el universo digital, en cualquiera de sus multiformes tentáculos, sabe mil veces mejor que yo misma quién soy, dónde he estado esta mañana, qué he hecho, dónde acabo de comer, en qué supermercado he comprado los pañales, cuánto me he gastado al mes en fármacos, adónde me gustaría irme de vacaciones, en qué bar me he tomado un café («ha pasado usted aquí más de quince minutos», deduce el sagaz Google Activity), adónde envío flores cada 14 de mayo, a qué hora me levanto los jueves, a qué dirección me envían un taxi («¿está usted seguro?», pregunta educadamente Mytaxi cuando me he equivocado en un número que difiere de la implacable geolocalización) o por qué inquietante motivo que no alcanzo a recordar una tarde tecleé «gif negro tira agua» en el buscador del móvil.

Leer más

Tu privacidad es importante para MTQS

Reglamento Europeo de Protección de Datos

Como sabéis, a partir del 25 de mayo de 2018 entra en vigor el nuevo Reglamento Europeo de Protección de Datos (GDPR). Para reforzar nuestro compromiso con la protección de tus datos personales, hemos actualizado nuestra Política de Privacidad conforme a dicho Reglamento.

Puedes consultar qué hacemos con tu información y por qué, cuáles son tus derechos y cómo puedes ejercerlos aquí:

POLÍTICA DE PRIVACIDAD