Frecuentemente el estupor ante la magnificencia de todo lo creado es asolado entre el barullo de la cotidianidad. La sociedad actual ha perdido la capacidad de asombrarse.
Estamos rodeados de belleza, pequeños milagros diarios, a los que desgraciadamente nos acostumbramos. Cuando en realidad son constantes y testarudos reclamos que tocan e interpelan nuestro ser.
Hace unas semanas pude asistir a un BoscoEncuentro con Íñigo Pirfano organizado por Boscofilms.